--Emilia, Emilia.--sonríe.
Aunque le duele que ella se haya enojado con él:
--ya tendré oportunidad de demostrarle que no soy mala persona como piensa...
A Emilia le ha gustado conocer a Iván . Le gustaba pensar que era un chico como los demás. No le ha gustado que se identificara como conde. Aunque pensando en todo lo que ha vivido en el comedor piensa:
--Es un conde ¿qué puedes esperar? ¡bastante se ha aguantado ya¡
Iván se queda un buen rato quieto. Mirando hacia la puerta donde ha visto irse a Emilia. Entra la encargada del comedor.
--¿¿que haces ahi? ¡¡ya te puedes ir¡
Iván está cansado. Ha sido un día duro pero no todo ha sido malo. Le ha gustado conocer a Emilia. Entra en su habitación con ganas de meterse en la cama y dormir de un tirón. Moisés está en su cama.
--¡¡esa es mi cama¡
Moisés se le ríe.
--¡¡no, hoy me apetece dormir a mi en esa¡
Iván está cansado y no tiene ganas de discutir así que se desnuda y en boxers se dispone a meterse en la primera cama de la que lo echó Moisés. Su compañero de cuarto lo mira risueño y le dice:
--¿¿y cómo te fue la limpieza?
Iván se mete en la cama:
--¡¡pero que es esto¡
Se levanta todo pringoso, la cama está llena de diferentes salsas (tomate, mostaza, mahonesa...). Moisés se ríe.
--así estarás en tu salsa... entre la basura.
--¡¡me las vas a pagar desgraciado¡
--¡¡mejor tu duchas ¿no?¡
Moisés está muerto de la risa, Iván se quita el boxers. Está todo asqueroso, se mete en la ducha con rapidez. Ni cierra la puerta ni los cristales de la mampara. Se siente bastante incómodo y tiene prisas en quitarse todo lo que lleva encima. Moisés sonríe. Es lo que esperaba.
--y ahora la segunda parte de la broma. --dice para si.
Y con el celular con video cámara se acerca al baño. Iván está furioso:
--¡¡maldito imbécil ¡¡ ¡¡de alguna manera tengo que hacerle pagar¡
El agua lo purifica. Lo relaja. Piensa en Emilia mientras pasa sus manos por su cuerpo cubriéndolo de jabón. Luego se lo aclara. El por el cuerpo de Iván va deslizando agua y jabón mientras desde la puerta Moisés lo graba todo.
Moisés graba hasta la salida de Iván secándose la cabeza. No pierde detalle de nada y enfoca las partes más "interesantes". Regresa al cuarto desnudo. Moisés está sobre la cama. Iván no se ha dado cuenta pero ya otro compañero se ha llevado la sábana del delito. Ve a Moisés en la cama que recién se ha acostado él, supone que ya la prueba de la broma desapareció así que no dice nada. Abre la cama. Mira que todo esté limpio. Moisés pone cara de bueno:
--ya pasaste la prueba, se acabó la novatada.¡seguro¡
Iván espera que así sea pero no lo cree. Como no le contesta, Moisés le dice:
--¿no te lo crees?
--no tendría porque no creerte. yo no te he hecho nada. No veo porque me tienes manía.
--no es nada personal.
Iván no tiene ganas de charla. Se queda dormido pensado en Emilia.
--¿¿qué estará haciendo ella ahora?
Ester se aleja de su esposo muy molesta.
--¡¡en tu vida vuelvas a decirme algo asi¡¡
Ignacio la sigue.
--bueno perdona, en realidad no me importa lo que hagas pero ¡¡no puedes irte asi¡ almenos pasa la noche conmigo.
Ester se gira y la mira con odio. Ignacio le sonrie.
--no te estoy proponiendo nada malo, en dos cuartos.
Ester ahora que es libre necesita actuar de inmediato.
--No, prefiero irme a un hotel.
--Es que soy responsable de ti ante tu padre.
--Tranquilo que estemos en contacto y cuando sea necesario volveremos juntos.
Ignacio confía en ella. Cree que se divierte con otros hombres y que necesita la tapadera de un marido noble. Por eso esta seguro que va a volver. Ester tiene claro que si encuentra a su hijo se irá bien lejos con el dinero que sacò de la devolución del viaje y nunca mas sabrán de ella. Ignacio entra en su casa tranquila. Está ilusionado con el viaje. Le tiene cariño a Emilio y le apetece sacarlo por unos dias. Disfrutar como hermanos, además si lo descubren el que esté con su cuñado hará que nadie piense nada malo y lo mejor es que sabe que Emilio le dejara hacer lo que quiera.
Mientras en el palacete de los sobrinos del conde, Juan Felipe está triste sentado en su despacho. No deja de mirar una foto de Iván . Le duele la forma en la que tuvo que sacarlo de la casa pero siente que todo ha sido culpa del adolescente así que está enojado consigo mismo pero también con su hijo:
--¿¿porqué no pudiste aceptar a Perla?¿¿porqué? Yo me casé para que fuera una madre¿porque no aceptaste tu cariño? Eras un recién nacido. No conociste a mamá. Papá no se volvió a casar. Se amargó, te descuidó y yo te busqué la figura materna que te hacía falta. . Perla pudo ser tu madre.
Perla está en todas partes. Al darse cuenta que su esposo está triste con él es con el único que no ha servido sus mejores armas. La de la seducción. A Juan Felipe lo atrapó por su papel de madre abnegada que adora al hermanito del marido. Se acerca a su esposo amorosa. Le hace un masaje en los hombros.
--Yo te entiendo. Sé lo que te duele estar separado del niño porque yo lo siento igual. Es nuestro hijito. Yo lo siento tan mío como si hubiera salido de mis carnes.
Y mientras que la mujer se muestra como una dulce madre el conde no se da cuenta de la maldad que desprende sus ojos. Al rato cuando ya una vez más ha dominado a su esposo, La Condesa sale del despacho. Feli se acerca a su mamá comiendo un dulce. A Perla no le gusta nada ser mamá de una niña gorda. Le tira el dulce. La niña llora.
--¡no llores¡ ¡¡vete a hacer ejercicio, estás muy gorda¡
Feli mira su dulce llorosa:
--no, no quiero hacer ejercicio.
Feli no hace más que mirar su dulce:
--¿porqué me lo tiraste? --solloza.
--¡¡ya estás bastante gorda¡
La niña no deja de llorar por la forma en la que la trata su mamá:
--¿porque eres así conmigo?
--¡¡es que sólo sabes comer y llorar¡ ¡¡vas a ser tan gorda que no encontrarás a nadie quien te quiera. ¡¡como nos va a costar encontrarte marido¡¡
Feli se va llorando. Así se la encuentra Inés. Le da un dulce y juegan las dos juntas. A Perla le molesta mucho que estén juntas. Siente rabia al verlas jugar y manda a la niña a su cuarto. Finge cariño ante su cuñada.
--no te molestes, para eso está la institutriz inglesa. No te tienes que ocupar de mi hija.
--si no es molestia. Feli pudo ser la hija que perdí.
--ya olvida eso...
Perla se muestra cariñosa pero le fastidia mucho que su cuñada sea tan sensible, le molesta que esté tocando ese tema. Es algo que Inés tiene clavado en su alma.
--Es que fue tan triste. Fue muy especial que las dos estuviéramos embarazadas a la vez y la fatal coincidencia que estabamos incomunicadas por esa tormenta y las dos dimos a luz...
--fue una pena que tu hija muriera y la mia no pero ¿para que recordar eso? --dice fingiendo tristeza pero riendose por dentro.
--Feli es muy especial para mí. Es la hija que hubiera podido tener.
Mientras los ojos de Inés están llenos de dolor los de Perla están llenos de odio, de burla hacia el dolor de la mujer.
--si tu supieras estúpida --dice para sí La Condesa riendo.
Guarda un secreto muy importante que hace que se ría del dolor de Inés.
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