Capítulo 17

A Iván  le duele que su compañero de cuarto se ria de él y saca su carácter:

--¡¡no te metas conmigo¡

El chico se enfrenta a él. Riendo le dice:

--¡¡uy que miedo¡ ¿¿qué me vas a hacer??

--¡Yo no elegí estar aquí así que supongo que tú tampoco, lo mejor será que la hagamos fáciles¡

--¡¡No, no te la pienso hacer fácil¡¡ ¡¡si te crees que estás por encima de mí estás muy equivocado¡ ¡no soporto a la gente que se creen muy muy por tener un titulo de nobleza¡¡ He oido que tu familia se creen reyes y no eres mas que una basura¡

--¡¡olvidame¡¡

El chico le da un empujón y el condesito se lo devuelve. Los dos se miran con mucha rabia.

--¡¡así que El Conde --el otro burlon-- no es más que un camorrista.Podria ir a la tele, ¿Les interesaria la noticia que un Conde me golpeo porque no quiere compartir su habitación con un negro? Seguro que a tu familia no le gustaria ver esas noticias en la prensa. Te puedo hacer la vida imposible así que conmigo cuidado¡

Iván  está muy nervioso. Después de la manera en la que salió de su casa lo que menos quiere es meterse en más líos. Se lleva las manos a la cabeza con desesperación.

--¿¿porqué no me dejas en paz? ¡¡yo no te he hecho nada¡

El chico mira al condesito desafiante:

--¡¡no me gusta tu cara¡

--Pues ni modo. No tengo otra.

Iván  le contesta con el mismo tono de voz burlón mientras se tumba en una cama. El chico le da un empujón y lo tira al piso. Se siente poderoso de tener al condesito a sus pies.

--¡¡así teneis que estar todos¡

Iván  se levanta. 

--¿¿¿quien te has creido que eres? ¡¡no me puedes tratar así...

Los dos sacan pecho y se empujan mutuamente.

--¡¡Pues soy Moises Peterson¡ ¿¿y? ¿¿te crees que eres mejor que yo por eso??

Iván  se aparta de Moisés:

--dejame en paz.

Deja la maleta en la misma cama en la que se tumbó. A Moisés le molesta que no haya caído más en sus provocaciones:

--¿me tienes miedo?

Iván  no le hace caso. Entonces Moisés le tira la maleta:

--¡¡esa es mi cama¡

Iván  está empezando a perder la paciencia. Le pega un empujón:

--¡¡pues haberlo dicho antes¡

Moisés está esperando que pierda los nervioso. Se ríe:

--¿¡me vas a pegar? ¡¡demuestra que no eres una mujercita¡

Pero Iván  no es agresivo y además está muy triste con todo lo que ha pasado con la esposa de su hermano. Se tumba en la otra cama. Mira a la pared. Tiene ganas de llorar. Moisés está muy cerca de él. Se ríe:

--¡¡la nenita quiere llorar¡

Pero Iván  no quiere meterse en líos así que por mucho que Moisés le dice y le dice Iván  callado. Eso enoja a Moisés.

--¡¡voy a hacer de tu vida un infierno¡ ¡¡vas a lamentar haber nacido en cuna de oro¡ ¡¡¿me oyes maldito?¿¿¿me oyes?

Y aunque Iván  hace que no le oye unas lágrimas aparece por sus mejillas pero hace todo lo posible porque Moisés no se dé cuenta. 

  

Mientras en el Castillo de los Fenolhet, padre e hijo despiden a los Barones. Tras todo el equipaje que llevan aparece el matrimonio abrazado pese a que Ester se quiere soltar. La pareja se habla en susurro y se demuestra su desprecio.

--no me toques, ya te he dicho que no pensaba fingir que somos un matrimonio.

--A mi me gusta tanto como a ti pero eres tú la que quieres que finjamos que nos vamos de luna de miel... Asi que sonrie.

Ignacio sonríe y Ester fuerza una sonrisa. Le conviene, al fin será libre. Asi que con matrimonio se acercan al Conde. Este los abraza.

--que bueno verlos tan bien.

los cuñados se miran y se sonrien con complicidad.

--te echare de menos, cuñado --le dice Ignacio abrazándolo.

Emilio  no puede creer que en unas horas vaya a tener a Ignacio solo para él. Muy flojito Ignacio le susurra:

--ya tienes mi dirección, te espero mañana en casa de mi padre.

Eso es el secreto de los dos. Ignacio y Ester se siguen despidiendo como si todo fuera normal. Dominga se acerca a la joven.

--perdon que me meta pero quiero despedirme de ti, niña.

Luego de haberla vista encerrada a Dominga le emociona esa imagen de la baronesa aparentemente feliz. 

--asi tiene que ser niña, no lo estropees.

A Ester le molesta mucho que todos piensen que puede olvidar a su amado muerto y a ese bebe que le arrancaron pero ya se da por vencida. Sabe que la ayuda que necesita no la encontrara en el castillo. Emilio  ve irse a Ignacio con su hermana, lo mira con deseo. Le mira el trasero y vibrar al saber que tendrà a ese hombre para el solo. Va hacia la ventana para verlo irse. Antes de meterse en el auto Ignacio le guiña el ojo. Emilio  salta de alegria. Está feliz. Piensa en Ignacio y el solos en un romantico crucero.

--No seria nada raro que se dejara llevar e hicieramos el amor. --dice para si.

Es su sueño y no quiere renunciar a él. Le duele pensar que es un imposible y la ilusion no la quiere perder. Aunque le hubiera gustado de entrada estar en el lugar de su hermana ahora, que se da cuenta que Ignacio le tiene mas cariño a él que a ella, está más conforme . El Conde se da cuenta que su hijo esta mirando muy fijamente por la ventana.

--¿y a ti que te pasa hijo?

El joven se gira y mira a su padre triste.

--es que yo nunca salgo.

--Bueno el dia que te casas haras un viaje mejor que el de ellos.

--pero ¿si no salgo nunca?¿como voy a conocer a una chica para casarme?

--Pues en nuestras fiestas siempre viene alguna noble.

--pero no están a mi altura... no sé si viajo tal vez encuentre a alguna princesa.

El viejo Conde mira a su hijo con orgullo. No sospecha que lo que esté quiere es irse detras de su cuñado.

--pues cuando quieras te puedes ir. Faltaria más.

Emilio  se da la vuelta para esconder una sonrisa victoriosa. Sabia que su plan no iba a fallar.

--¿y puede ser mañana mismo?

Al viejo Conde le pillo por sorpresa pero no le dice que no. Está convencido que su hijo se va en busca de una princesa, es lo que siempre quiso y se siente orgulloso de él. No le dice que no. Tiene via libre para irse de viaje. Emilio  salta de alegria al imaginarse a el y a Ignacio los dos solos en un romantico crucero.

Por su lado, Ester e Ignacio han llegado a la capital.

--¿y quien vive aqui?

--Es la casa de mi padre, podemos pasar la noche aqui.

--¡¡ni hablar yo ya me voy¡

--¿Tanta prisa tienes en ir con tu amante? ¿por eso es todo esto no?¿te vas con un hombre?

Ester lo mira con rabia. El desprecio hacia su marido va en aumento.

En la noche, Iván  se enfrenta a todos sus compañeros en el comedor. Va con la bandeja llena de comida. Busca un sitio pero todos le miran con mala cara. No quieren sentarse con él. Moisés tiene mucha influencia y los ha convencido a todos de que hagan vacío al joven conde.

--¡¡ocupado¡ --le dicen siempre.

Entonces Iván  se resigna y se va a sentar solo. Al pasar por el lado de Moisés los dos se miran con rabia. Iván  está tan avergonzado y molesto que no se da cuenta que Moisés estira la pierna para que Iván  se tropiece. Este cae con todo y bandeja. Todos ríen. Iván  no se atreve a levantarse. Se le acerca una mujer, de unos 30 años, que sale de la cocina. Esta de pie a su lado.

--¿estás bien?

Iván  la mira a los ojos y la mirada de ella se le clava muy a dentro.