sábado, 29 de agosto de 2020

Capítulo 51



Emilio  se aferra con desesperación a Ignacio .
--si en serio dices que eres mi hermano... ¡No me dejes¡ ¡¡no me puedes dejar¡
A Ignacio  le duele mucho lastimarlo. Los dos se miran con lágrimas en los ojos.
--tienes que entender que yo no me puedo quedar aquí con tu hermana. Ella no va a querer.
Emilio  llora desesperado.
--¡¡pues me voy yo contigo¡ ¡¡tu casa¡ ¡¡yo puedo mantener a tu padre¡ ¡¡él no me va a rechazar¡ ¡¡no me hagas esto¡ ¡¡ya que nunca me vas a amar no me hagas el daño más grande que nadie me ha hecho en mi vida¡
Ignacio  no puede con las lagrimas de Emilio . Lo abraza, lo besa fraternalmente.
--no me vas a dejar ¿no?
Emilio  habla con timidez, con miedo. Ignacio  lo acaricia:
--No, siempre estaré contigo.
Emilio  lo abraza feliz. Ignacio  lo besa en la mejilla.
--te prometo que encontraremos alguna solución pero ahora tenemos que ver cómo resolvemos esto.
Con la promesa de quedarse a su lado Emilio  se queda ya más tranquilo.


Alejandro y Ester están sentados en una sala. Luego de haber compartido una noche de pasión se tratan como desconocidos. Alejandro siente mucha pena por todo lo que ha pensando de Ester. Quisiera saber los detalles de lo que pasó con Jesús. Los dos lloran. Luego Alejandro le cuenta de la desesperada búsqueda, que un secretario del Conde le dijo que se fue sin decir nada de su trabajo, de los carteles, de los meses de silencio, del encuentro de Alicia con el hijo de Jesús.
--¿le hiciste creer que eras él cómo a mi para seducirla? --le reprocha ella.
Alejandro no se atreve a mirarla.
--Lo hice porque quería saber que pasó de mi hermano. Cuando le conté meses después quien era se lo tomó muy mal... salió corriendo como una loca. La mató un carro. 
Aunque Alejandro le reprocha a Alicia que lo engañara le duele la manera en la que murió. 
--Yo me sentí culpable por su muerte y ella fue responsable de la muerte de mi hermano.
Un helicóptero aterriza en el castillo. Ester esta en sus aposentos.
--¡¡mi hijo¡ ¡¡es mi hij¡
Ester va corriendo. Alejandro le pide que se mantenga al margen.
--¡¡es mi hijo. He pasado un año sufriendo por éll¡ --desespera y ansiosa. 
Alejandro la acaricia con ternura:
confía en mí.
Alejandro se adelanta. Ester lo sigue a distancia prudencial. Siente que se le va la vida. Tantos meses de angustia y al fin podrá abrazar a su hijo. Alejandro se acerca con el pequeño de la mano. El niño da sus primeros pasos. Ester ha soñado tanto con ese momento que ahora no sabe qué hacer. Llora impactada. Alejandro se acerca a ella con el pequeño.
--Este es mi hijo Jesús.
Ester no puede más y se arrodilla ante el pequeño. LLora y lo abraza. El pequeño la rechaza y se esconde detrás de las piernas del que cree su padre. A Ester le duele mucho que su hijo la trate como a una extraña. Alejandro la anima:
--dale tiempo. Aún es muy pequeño, se acostumbrara a ti fácilmente.
El pequeño Jesús mira todo con los ojos bien grandes. Van hacia la habitación que le han dado a Alejandro al lado de la de Ester. Ester mira al pequeño emocionada.
--¡¡es idéntico a tu hermano¡
Alejandro sonríe con orgullo. Luego Ester mira de una forma especial a Alejandro.
--idéntico a ti.
La pareja que unió sus cuerpos por una noche se sonríe. Se mira y se estremece. El pequeño Jesús tiene hambre, luego de cenar lo acuestan. Ester está con Alejandro que lee un cuento a su hijo. Le da un beso de buenas noche y salen. En la puerta Ester y Alejandro se miran con cariño.
--eres un gran padre.  A pesar de lo malo que bueno que la vida puso a mi hijo en manos de Alicia que te lo trajo a ti.
--tener a mi sobrino ha sido un gran consuelo para mi. Sólo te pido que no me separes de él. Sé que tienes motivos para odiarme pero yo estoy dispuesto a trabajar yo...
Ester lo calla con un beso en los labios. Alejandro lo mira sorprendido.
--me gustaría irme contigo. Quiero salir de esta cárcel. Vivir una vida sencilla a tu lado, criar los dos a Jesús como sus padres.
Alejandro traga saliva:
--¿pero en calidad de...?
Ester lo mira coqueta. No sabe si es una locura, si puede salir bien o no pero es como si una parte de Jesús estuviera de nuevo con ella.
--quiero intentarlo... quiero estar contigo.
Ester lo besa y Alejandro se deja arrastrar hacia su dormitorio. Hacen el amor. Despiertan juntos el uno en brazos del otro. Se miran con cariño. con dulzura.
--¿estás segura que quieres vivir conmigo? --Alejandro.
--es lo que mas quiero.
Los dos se miran con cariño.


A media mañana, en la mansión de los Fenolhet llega un encargo especial para Juan Felipe.
--¿¿que es? --pregunta Marcos.
Sin saber que hacer con ellas, Ignacio  ha enviado las cenizas del difunto Conde a su sobrino-amante. A Juan Felipe se le llenan los ojos de lágrimas al ver la urna de su tío. Le duele que haya sido incinerado sin una misa, sin una despedida pero le consuela tenerlo con él. Deja la urna en una estantería, a los pies del cuadro de sus padres. Marcos lo abraza por los hombros.
--¿¿que te pasaba con el tío?
Juan Felipe lo mira atormentado. Como ese atormentado amor que lo ha acompañado todos esos años. No es capaz de decir nada

Esa tarde, en la capilla del Castillo, donde están todos los Conde de Fenolhet por generaciones, es sepultado Jesús. En primera fila ante el ataúd están Alejandro, Ester y Dominga muy emocionadas. Detrás de ellos, serios Emilio  e Ignacio . Alejandro pone su mano sobre el ataúd de su hermano.
--al fin descansas en paz, hermano.
Ester deja una rosa sobre el ataúd de su amado y rompe a llorar. Piensa en sus noches de amor, en todos los instantes antes de la muerte. En su cuerpo tirado sobre el polvo, en todos los meses de encierro. La caja es introducida en una lujosa urna que decora la iglesia. Ahí reposará por los siglos de los siglos. Alejandro abraza a Ester:
--gracias por esta despedida.
Dominga abraza a Ester llorando.
--ahora sí todo acabó.
Alejandro es cariñoso con Ester.
--ahora ya tienes que pasar hoja. El pasado quedó atrás.
Ester seca sus lágrimas y acaricia a Alejandro con la mirada. Él y su hijo son su presente y su futuro. Luego Ester se despide de su hermano y Dominga. Quiere dejar el pasado atrás. Emilio  la abraza con emoción.
--esta es tu casa, puedes quedarte.
Tampoco insiste mucho porque le facilita las cosas con su amado. Ester sabe que su hermano prefiere que sea Ignacio  el que se quede.
--sé feliz --le dice ella.
--tú también.
Los hermanos se despiden con emoción. Luego Ester mira a Ignacio . Lo abraza aunque es un abrazo más frío.
--cuídamelo.
--lo haré.
Emilio  mira a Ignacio  con amor. El que su hermana le de permiso le hace ilusión. Ahora sólo faltaría que Ignacio  se decidiera a amarlo como éll o ama. Ester sigue hablando.
--te dejo a ti a cargo del divorcio, que sea como tu quieras pero que sea rápido.
Ester, Alejandro y el pequeño se alejan del castillo en un taxi. Ester deja el pasado atrás. Se siente libre cuando abandona los dominios del "reino" que ha construido su padre. Mira a Alejandro y sonríe. Se dan la mano con mucho cariño. Por su parte, Emilio  e Ignacio  se han quedado solos. Es algo que Emilio  disfruta mucho.
--supongo que ya no te vas ¿no?
Ignacio  le guiña el ojo:
--no siempre y cuando te quede claro que es como hermanos.
Emilio  lo que más quiere es no perder el contacto con su amado.
--si te sientes más tranquilo dile a tu padre que se venga a vivir con nosotros, me irá bien la ayuda de tu padre para los negocios de mi padre. Me viene todo demasiado grande.
--pues la idea es buena. Yo en los negocios no soy muy experto.
Emilio  hubiera preferido que le dijera que no para estar a solas con él. Ahora tendrá que vivir con el miedo de que el padre de su amado descubra sus sentimientos igual estarán unos días solos hasta que llegue el viejo Barón y eso es algo que le hace mucha ilusión. Dominga los interrumpe. Tienen una visita. Es Perla . Llega con maleta.
--¡¡después de lo que pasó no puedo seguir viviendo con Juan Felipe¡
Emilio  la mira con fastidio. Ahora que podía estar a solas con su amado le duele que una mujer llegue a estropearlo todo. lo que más rabia le da es la manera sensual en la que se miran Perla  e Ignacio 

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