jueves, 27 de agosto de 2020

Capítulo 24




Ignacio se ha quedado dormido. Emilio  lo llama.
--Ignacio ¿duermes?
Ignacio no contesta. Emilio  esta muy alterado. Es su primera noche juntos. Está feliz. Le hubiera gustado estar abrazado a él luego que hicieran el amor pero Ignacio lo hace feliz y lo que quiera que su cuñado quiera darle pues ya le estará bien. Lo recibirá con gusto. Se levanta. Lo mira mientras duerme. Desea acariciarlo, besarlo. Tocarlo con amor sin que este pueda sospechar pero no se atreve:
--¿¿y si me descubre como se lo aclaro?
Ademas piensa que aprovecharse de su cercania para tocarlo es demasiado:
--él cree que somos como hermanos. Ya es bastante que me aproveche de eso para verlo desnudo pero ya más... 
Le parece excesivo.
Se conforma con mirarlo de una forma penetrante y decirle lo que a la cara ya siente que nunca le podra decir:
--Te amo. Y es lo mas hermoso y sagrado que tengo. Mi amor por ti.
Lo mira y suspira. Le duele pensar que es un sueño imposible. Luego se tumba en la cama, esta cerca de la ventana y el aire lo va relajando pero esta muy excitado por todo lo que ha vivido con su amado, por todo lo que van a vivir y por que están durmiendo en la misma habitacion. Tarda mucho en dormirse y es Ignacio quien lo despierta. Es muy cariñoso con él:
--venga, hermano, que vamos a llegar tarde.
Para Emilio  despertar y que lo primera que vea en la mañana sea el rostro de su amado cuñado lo siente como una bendicion. Sonrie enamorado.
--buenos dias, dormilón.
Emilio  esta muerto del sueño pero está feliz de que sea Ignacio quien lo despierte.
--venga, flojo¿¿que hiciste anoche?
Emilio  lo mira con timidez. No le puede decir que le costó dormirse porque pensaba en él. Ignacio lo destapa:
--date una buena ducha y nos vamos, tenemos el tiempo justo.
Emilio  no se mueve. Lo mira hechizado. Aunque ha compartido muchos momentos con Ignacio no un amanecer. Nunca habian estado tanto tiempo juntos. Ignacio le agarra de la mano y lo estira. Emilio  se levanta rendido y bostezando pero muy ilusionado por los dias que le esperan junto a Ignacio. Éste es muy cariñoso con Emilio :
--venga. perezoso. Sácate todo ese sueño que tienes de encima.--dice mientras que muy fraternal le da una pequeña patada en el trasero. 
Emilio  está muy contento. Es muy lento en la ducha ya que no deja de pensar con deseo en Ignacio. En todo lo que estan viviendo y el tiempo se les tira encima. Ignacio entra:
--hermano, venga que el tiempo se nos tira encima.
A Emilio  le excita mucho que Ignacio lo vea desnudo. Además para ganar tiempo Ignacio hace pis en presencia de Emilio  que más cachondo no se puede poner. Le encanta verlo descargando con el rabo entre las manos y luego sacudiendosela.






Mientras se lava las manos Ignacio se da cuenta que Emilio  esta en las nubes. Le tira la toalla:
--vístete, yo te espero abajo. No me hagas subir.
Ignacio lo mira regañón pero con cariño. Es el propio Ignacio el que prepara el equipaje de ambos. Antes de salir Ignacio le repite a Emilio :
--tenemos poco tiempo, antes tenemos que tomar algo en la cafetería.
Emilio  suspira enamorado pero no lo hace esperar y es que no quiere perder ni un segundo de no estar a su lado. Se viste en cuestion de segundos y baja corriendo. Ignacio lo mira sorprendido:
--vaya, no te esperaba tan rápido.
Con lo que ha tardado en levantarse, Ignacio no esperaba que en mucho menos ya estuviera listo para irse. Y es que para Emilio  el mayor estimulo es estar con él. Desayunan rápido y se van hacia el puerto. Ignacio le acaricia el brazo fraternalmente y Emilio  suspira.
--venga, que comienza el viaje --dice Ignacio.
--el viaje de mi vida --dice Emilio  enamorado.
--No seas exagerado --Ignacio sonriendole con cariño.
Emilio  no exagera ni en lo mas minimo y es que aunque no pase nada lo que Emilio  sueña ya sólo por el hecho que lo estan compartiendo juntos para Emilio  es el viaje de su vida. Llegan junto al lujoso barco:
--¡¡que lujo... si parece un Palacio¡¡ --dice Emilio  maravillado.
Ignacio le pone la mano en el hombro muy fraternalmente:
--con el dinero que tiene tu padre no sé como no habias hecho antes un crucero.
Emilio  encoje sus hombros pero no dice nada.
--venga, vamos a buscar nuestros camarotes.
Ignacio es muy amoroso con Emilio . Lo va tocando, siempre fraternalmente. A Emilio  le desilusiona eso del plural. Le habria gustado dormir con Ignacio todas las noches pero ni modo. Se tendra que resignar a tenerle un poco.
--almenos espero que no se la pase siempre con mujeres --dice Emilio  para si.
Estan el uno al lado del otro:
--si necesitas algo pues nada... ya sabes donde estoy.
Dejan sus maletas e Ignacio tocandole el brazo le dice:
--¡venga, que zarpamos¡
Ignacio corre:
--¡¡mariquita el ultimo¡
Emilio  sonrie:
--si supiera --dice divertido.
Pierde unos segundos en los que se ha parado y luego corre detrás de él. Ignacio es muy fraternal con él y Emilio  se muere de deseo pero intenta reprimir sus sentimientos. Estan en cubiertas mientras el barco se aleja de cubierta. Mira a Ignacio enamorado ahora si comienza lo bueno. Esta feliz. Ignacio le mira divertio.
--tú y yo aqui juntos y tu padre creyendo que yo estoy de luna de miel y tú buscando princesa... ¡ya nos vale¡
Los cuñados se miran con complicidad y se rien.

Ester por su parte va a la casa en la que vive la familia de Jesús   pero no están.
--Se fueron hace unos meses -le dicen.
Logra hablar con la vecina.
--si los recuerdo. La madre se puso muy triste porque su hijo mayor desapareció.. La pobre Murió. Quedo su hijo solo y como el alquiler era muy alto y la casa demasiado grande para él solo pues se que se fue.
--¿y no sabe donde?
La mujer hace memoria. 
--No, lo siento.
Ester se desespera. No tiene ni idea de como seguir. La mujer la ve tan desesperada que le acaba diciendo:
--sé que el hermano estuvo mucho tiempo colgando carteles por todos sitios con el rostro del hermano. Yo me guarde uno por si acaso, hay varios números.
A Ester se le encoje el corazon a imaginarse la situación. Aparte que esa podría ser la pista que le lleve a la familia de su amado y tal vez a su hijo.
--¿Y no podría darmelo?
--Es que no recuerdo donde lo guardé.
Ester se derrumba. Y a la mujer le da pena y dice:
--pero si vuelve en la tarde le prometo que lo busco.
Ester le da las gracias y se va mas esperanzada.


En el internado, durante el desayuno Iván  es el último en llegar. Espera burlas pero la gente lo ignora. No sabe que Moisés les ha advertido a todos que lo dejen en paz. Moisés tiene un sitio vacio a su lado. Espera que Iván  se siente a su lado pero el condesito no se atreve y opta por sentarse solo. A Moisés le sabe mal y como que no quiere que se aisle pues toma su bandeja y se siente al lado de su compañero de cuarto. Iván  lo mira sorprendido. Moisés no está acostumbrado a hablar con sinceridad así que prefiere usar un tono de burla:
--sí, es que me da pena que te sientes solo.
Iván  le contesta con la misma ironía:
--estoy bien, más amplio.
--¿y qué, condesito como llevas lo de fregar los platos? Seguro que no sabías hacerlo.
--Tampoco creo que tú hayas fregado mucho. Este lugar no es precisamente barato.
Los dos se sonríen.
--siento que por mi culpa pierdas clases. --Moisés un poco más serio.
Iván  sonríe:
--Pues yo no. Emilia está en la cocina.
Los dos chicos ríen mucho. La encargada del comedor se acerca a Iván :
--¡venga que no estás aquí para hablar. A la cocina¡
Iván  se levanta:
--nos vemos en clase.
Moisés no dice nada pero sonríe. Iván  se va contento. Le gusta que al fin Moisés deje de humillarlo y lo que más le alegra es la cercanía de Emilia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario